Pequeños y sus familias de una comunidad de pepenadores vivieron un mágico campamento.

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Un grupo de pequeños y sus familias de una comunidad de pepenadores vivieron un mágico campamento y disfrutaron de unas vacaciones, en medio de la belleza natural del bosque de Tepoztlán.

El Movimiento Vacaciones Para Todos, de Fundación Royal Holiday, llevó a un grupo de 100 niñas y niños, acompañados de sus mamás, tías o abuelas, a disfrutar de un reparador descanso en medio de la belleza natural del bosque de Tepoztlán. 

Estas familias pertenecientes a la comunidad de pepenadores de Chimalhuacán, Edo. Mex, vivieron un mágico campamento en las instalaciones del YMCA-Camohmila, en Tepoztlán, Morelos. ​ 

Con un ambiente festivo ante el disfrute de unas vacaciones que, en algunos casos, se trató de las primeras que habían vivido, este grupo de pequeños descansó en cabañas ubicadas en el bosque, rodeados de naturaleza. 

Durante su estancia, realizaron un sinfín de actividades que buscaron fortalecer los lazos afectivos entre las familias, conocerse más y así darse ese espacio de esparcimiento que difícilmente se da en el contexto en el que viven. retomar fuerzas para su día a día. Entre retos, dinámicas de integración y diversión, niñas y niños trabajaron en equipo para vivir la experiencia al máximo. 

Además de jugar y descansar, las actividades promovieron el autoconocimiento y la forma de compartirlo con su familiar. Con juegos al aire libre, rally y actividades acuáticas disfrutaron de horas de sana diversión. 

En la alberca del campamento se aventuraron a nadar solos por primera vez y para los más pequeños la experiencia fue acompañada de sus madres, quienes nadando con ellos por primera vez les daban seguridad y compañía.

Vivieron las actividades únicas de los campamentos de la YMCA: juegos llenos de imaginación, actividades para fortalecer las habilidades de pensamiento, con un divertido rally, pero también la magia de investigar y entrar en contacto con la tierra, para reconocer los tipos de árboles y hasta un spa natural con mascarillas de barro. 

Las risas y los cantos fueron parte de la noche estrellada en las que disfrutaron alrededor de la fogata en la que quemaron bombones y compartieron historias. 

Los recuerdos y toda la experiencia compartida sin duda dejarán una huella imborrable en la historia de estos pequeños, que esperamos pueda influir positivamente en su futuro. 

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